Destino de las explicaciones

En algún lugar debe haber un basural donde están amontonadas las explicaciones. Una sola cosa inquieta en este justo panorama: lo que pueda ocurrir el día en que alguien consiga explicar también el basural.

Un tal Lucas, Julio Cortázar.

Ojos cerrados.

Con los ojos
llorosos,
se pierde en el último vagón.
Nadie lo percibe, siguen conversando
solos , en silencio, atareados del día
de ayer, que no saben si fue hoy o tal vez mañana.

Con los ojos esconde
la musicalidad de su nombre.
desciende hasta las calles
colmadas de espectros
caminando al derecho y al revés.

Cae en un rostro apenas
olvidado que no recuerda
y así unos segundos.
Una lágrima brilla
y choca con el reflejo de
una ventana.

desaparece, entre sonrisas de papel
un desfile de fantasmas,
recuerda
todo lo que dijiste
cuando aún no habías dicho nada
recuerda tomar su mano
cuando las luces se apaguen
y si aún alguien duda
recuerda leer un cuento
antes de despertar.

sin nombres , ni pronombres, sin números
caminan ahogados.

profundo abismo
la noche se cierra
qué puedes decir

intento saber qué hay ahí.
Todo era mentira
y comienza
a caer solo
y solamente
hay un

espejo
roto.