sábado, 8 de octubre de 2011

Del interior al exterior, dentro de un paisaje cambiante.

Luces que cambian el color,
se deslumbran pasos rotos, sombreados de quietud,
camino hasta ahí

y cambia la percepción,
de espacios tan vacíos
que no tienen nombre.

Llaman y escucho
como quien percibe y acude,
descifrando el silencio y el laberinto de palabras.

No tengo el nombre de un recuerdo.
Una imagen frente
suspensión del tiempo,
el decorado es irreal.

Algo habla por si solo
y no hay recuerdo ni apariencia,
algo se mueve
y da forma

quizá a lo que siempre estuvo ahí,
se descubre y se recrea.

lunes, 16 de mayo de 2011

Laberinto.

Y resultó
Que estábamos tan cerca y tan lejos
Un laberinto de espejos
Manteniéndonos cerca de la salida
Porque los reflejos eran muy fuertes, casi certeros.
Alejarse implicaba perderse
Alejarse implicaba que algo pudiera estallar

Y resultó que desde abajo
Observásemos nuestro rostro,
Buscando otro, reconociendo
Que observar era no hablar.

Por eso la mira en la puerta de entrada,
Esperando que algo se mueva,
Esperando si,
Pero sabiendo aun que detrás de las imágenes
Algo se unía

Un salto fuera del laberinto
Un salto que nos llama
Y nos encuentra
En el momento indicado
A la hora justa,
Un momento efímero, con voz, con peso,
Que se estremece y quiere salir
Que se estremece y habla
Saliendo afuera
Saliendo a ver.

miércoles, 26 de enero de 2011

Permanencia

A través de la ventana,
desfile de ecos y sombras tenues.
No forman parte de ningún rompecabezas,
buscan los puntos de fuga,
palabras donde dormir, puertas para salir al otro lado.

Fluyen, se deslizan.
Buscan la quietud

y yo desde éste lado, ya no estoy para responder simples preguntas,
casi retóricas, casi vanas, ni tampoco para lo contrario
pero sí, algo de mí espera
sin saber que ese esperar
no deja fluir nada sobre el agua
y se hamaca
remoja ilusiones,
cambia de dirección

Pero esa no es la forma de fluir,
ni el momento para hablar de formas.