lunes, 11 de mayo de 2009

Niñas que ya no le temen a las brujas.



La pequeña muñeca abandonaba el círculo de sombras,
salía desmedida a la luz, dentro de una danza temblorosa,
tinieblas de penas, gestos ahogados en los espejos,
versos gastados en la memoria y estrofas de cantos
indefinibles decoran el encuentro que nunca tuvo lugar
en el mundo real.
Viendo en su mirada un lugar al que nunca tendré acceso,
corriendo el velo de su exagerada belleza, encuentro
un tenebroso abismo.
Me empuja hacia abajo, en donde hay niños contando cuentos,
sin mirada, ni nombre, inmersos en una inocencia perpetua.

Ella y su muñeca abandonada
permanecen dentro de una
canción que surge de la profundidad.
Permanecen en silencio,
contemplan sin medida.
vienen de tan lejos,
quedandosé tan cerca.
simplemente ojos y ausencia,
deseos de ser.

Ella y su muñeca,
caminan los cuerpos
lastimados, opacos, desgastados.
Afirman que ya no le temen
a la hora de las brujas.

Pueden salir, a desangrar
su veneno de espinas
vulgares.

Ella y su muñeca,
descansan en el rocío,
reflejandosé en el agua cristalina,
que emerge de las profundidades.

Fotografía: Lewis Carroll.

4 comentarios:

Carlos dijo...

Interesante y esaclofriante, pero no por ello un texto más... felicitaciones, voy a seguir husmeando en tus palabras

Marilí dijo...

podrìa ser perfectamente una letra de Mujercitas Terror, ponele música Paula

Paula dijo...

Bueno Marilina pero vos lo cantás. Nos ponemos los ruleros y vos hacés de Marce y yo de Daniela, jajaja.

Marilí dijo...

" Nos ponemos los ruleros y vos hacés de Marce" . Mariooo, no quiero hacer de Marceee!!; me vas a querer besar.