Las palabras provienen de lugares tan inciertos que a veces se convierten en intransitables.
Cuando la luz ilumina esos espacios, el silencio es el que toma el lugar de las voces. Reina algo parecido a un adormecimiento, sin tiempo, casi de ensueño, casi imperceptible, liviano, auténtico. Con pequeños ecos que guiaran pasos lejanos.
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